Gaspar Bennàzar fue el arquitecto municipal de Palma (entre otros cargos) desde 1901 hasta 1933. Murió a los 63 años. En este período, desde su cargo oficial que compartía con Jaume Alenyà o desde su despacho privado construyó la imagen de lo que Palma es hoy. Le tocó llevar a termo el Pla Calvet, que suprimía las murallas renacentistas para abrir la ciudad al progreso. En aquellos años el progreso consistía en barrer lo viejo para dar paso a lo nuevo. Le Corbusier lo proponía para París. Gaspar Bennàzar para Palma.  

Pero Bennàzar estaba ocupado dando a la ciudad un aire majestuoso, elegante y refinado, a la altura de lo que prometía el nuevo siglo, con un sello bien mallorquín, impreso en los materiales propios de la isla que usaba en sus obras. El año 1996, el Ayuntamiento de Palma lo nombró Hijo Ilustre, y tiene una avenida que lleva su nombre, pero sigue siendo un gran desconocido para la mayor parte de los que caminamos por Palma hoy en día. A pesar de eso, no se puede pensar Palma sin Gaspar Bennàzar. Sus obras forman parte del paisaje urbano en cualquier punto de la ciudad.

Por eso, este cuaderno de apuntes intenta recoger su obra desde la mirada sorprendida del cronista que todos llevamos dentro.

Autora: Liliana Boffi

Coedición con: Institut d’Estudi Baleàrics

Idioma: Catalán

N.º páginas: 72 a 4 tintas

Encuadernación: tapa dura

Dimensiones: 170 x 225 mm

Fecha de publicación: 05/2018

ISBN: 978-84-96199-06-4

Depósito legal: PM 760-2018